Contaba las horas, los segundos, los
dÃas, las semanas, los meses,
contaba las olas del mar, los granos de
arena,
contaba las estrellas en el cielo, las
nubes en forma de animales,
contaba los árboles y las hojas que caÃan
de ellos,
contaba las aves y su aleteo,
contaba los maderos que juntos hacen mi
techo,
contaba los azulejos que juntos hacen mi
suelo,
contaba las sonrisas de los extraños que
veÃa pasar,
contaba los ojos que brillaban por eso de
amar,
contaba los sueños que veÃa escapar,
contaba las pesadillas que buscaban el
camino de regreso a su hogar,
contaba las lágrimas que caÃan de los
ojos ajenos,
contaba las lágrimas que caÃan de mis
ojos con recelo,
contaba los gritos que se emitÃan con
odio y desconsuelo,
contaba los carros azules y observaba sus
pasajeros,
contaba los rizos que formaba sus
cabellos,
contaba los besos y las promesas de amor
eterno,
contaba las decepciones y los reclamos
del amor muerto,
contaba las mentiras blancas, negras y
las verdaderas,
contaba las realidades ficticias y los
mundos paralelos,
contaba las miradas de los ciegos y la voz de los mudos mientras le recitaba este escrito suavemente a algún sordo,
porque contaba, cantaba y escribÃa no
para que me leyeran, no para que me escucharan, lo hacÃa sólo para que vieran
los colores que cuenta mi alma y si algún dÃa me pierdo, letra a letra
conseguiré el camino a casa.