Cul-de-sac

3/30/2018 02:11:00 p. m.


Estabas allí, con tus manos en mi rostro y  lo juro que sentí una felicidad infinita que me desbordaba por lo poros, que me estallaba en las entrañas, me sentía plena, feliz, no habría momento comparable al de tenerte sobre mi, en un abrazo eterno, inolvidable, con besos saber a maní... y para describirlo en tu idioma pragmático, me sentía tan feliz como decimales tiene π

Es que cada vez que estaba contigo implosionaba el planeta que habíamos creado aquella noche, donde todo parecía ser irreal, donde no existía más vida sino la que tú creabas al hacerme temblar las piernas y la única luz que existía era la que yo creaba al hacerte brillar entre risas y lágrimas.

Eras tú, entre tanta miseria, entre tanto caos absurdo, tú brillabas con esa sonrisa que me partía por dentro. Tú, que manejas el tiempo como plastilina entre tus largos dedos. Tú, con esa facilidad de ver la vida como una operación aritmética. Tú, el único que me ha hecho sentir tan pequeña ante la inmensidad de tu mundo sin continentes reales, sin limitantes, nadando entre teorías liquidas de Bauman y alianzas rebeldes.

Y como si fuera poco, entre tanta inmensidad me mostraste lo finita que es la vida, lo relativo que es el tiempo y lo real que significa tener y perder, y sobre todo perder lo que nunca se ha tenido, como un golpe en la cara, como el miedo a ser libres sin importar las consecuencias, como el miedo de quererte con la amenaza latente de perderte, en este cul-de-sac que significa estar contigo sin hacerlo.

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