Bitácora del Capitán

3/04/2015 09:02:00 p. m.

Estábamos en alta mar, atravesando el océano pacífico, no podría decirles con exactitud en qué punto, lo que sé es que estábamos muy lejos de tierra, solo había profundidad en todos los sentidos a los que vieran, en el mar, en el horizonte, en el cielo, no había un fin en nada y eso hacía que me altera, todo era demasiado surrealista. Recuerdo que el mar estaba particularmente tranquilo ese día pero el reflejo del incandescente sol en el mar hacía que tuviera que ocultarme de 2 o varios soles, tenía los labios cuarteados de tanta agua salada que salpicaba en mi rostro,  me ardían, ya me sentía cansado, quería regresar a casa, pero no fue así.

Ese día, el 23 de septiembre estaba haciendo mi guardia tranquilo, había mucho silencio, el mar nunca se ha caracterizado por ser ruidoso, incluso y hasta cierto punto puedes escuchar el rebote de tus pensamientos en el infinito azul. Hacía frío, no entiendo como en el día puede hacer tanto calor y las noches son tan gélidas, como si Bóreas intentara congelarnos sin clemencia alguna. De pronto y de la nada escuché un extraño crujido, algo nos atacó, y nadie puede decir que no luchamos contra aquel extraño animal, le disparamos, lo insultamos, le pedimos clemencia, hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance pero aquel demonio marino estaba empeñado en que fuésemos su aperitivo. Después de largas horas bajo ataque me vi solo, no encontraba a mis compañeros ni a mi capitán, no tuve más opción que abandonar la nave y huir en el pequeño submarino que usábamos en las expediciones, el monstruoso animal acabó con todo, no podía verlo, había roto las lámparas y hasta la luna me había abandonado ese día, pero seguía escuchando su destrucción masiva.

Me encontraba solo en una pequeña nave, no sabía donde esta, pero sé que no tenía suficiente combustible para llegar a tierra, tenía municiones como para 4 días y agua como para 6 ¿pero después qué? Decidí llevar un registro de mis días en un viejo diario que encontré bajo la cama:

Día 1 Bitácora del capitán: 

Nunca he sido el capitán y como estoy solo en esta nave, asumo que soy el capitán, sé que todos llevan una bitácora quizás para mantener una conexión con la realidad, bueno esta será la mía: es 24 de septiembre, hay 2 latas de atún y 1 de diablito, 4 botellas de agua, un botiquín de emergencia, una pequeña cama y un pequeño inodoro metálico, estoy mojado y con frío, no sé en qué dirección dirigirme. Sé que la guardia naval me está buscando el capitán debió enviar una señal de ayuda, pronto estaré con mi familia.

Día 2 Bitácora del capitán:

He intentado mantenerme tranquilo, estuve intentando hablar por radio, pero solo agarraba estática, pude subir a superficie, ya domé este camastrón, estoy seguro que si me dirijo al este llegaré a Brasil, aunque no tenga suficiente combustible para hacerlo. 1 lata de atún y 1 de diablito, 3 botellas de agua.

Día 3 Bitácora del capitán:

Anoche soñé con el capitán, estaba vivo y yo lo había dejado ser la cena de esa bestia, me decía que lo había asesinado que era mi culpa, ¡pero yo lo busqué y no lo conseguí! ¿Su esposa y su hijo sabrán que está muerto?, ¿Mi familia pensará que también morí? La guardia debe estar buscándome ¿pero cómo saben si sobreviví? Bueno... deben ver que falta el submarino, ¡alguien está vivo y deben buscarlo! 1 lata de atún, 0 latas de diablito, 2 botellas de agua.

Día 4 Bitácora del capitán:

Me duelen las piernas y la espalda, no puede pararme derecho ni caminar en un lugar tan reducido, siento que las paredes se me vienen encima, descanso solo cuando salgo. Lloré toda la noche. Media lata de atún, 0 latas de diablito, 1 y media botellas de agua.

Día 5 Bitácora del capitán:

Anoche escuché el mismo crujido del monstruo que nos atacó, temí por mi vida –de nuevo- pensé en mis hijos y en mi mujer enterrando un ataúd vacío porque nunca encontrarían mi cuerpo, solo Dios sabe cuánto los extraño. Decidí sumergirme, todo está oscuro, apagué los reflectores para ahorrar combustible y ocultarme de ese demonio marino ¡Tengo miedo! Quiero abrazar de nuevo a mis hijos. 0 latas de atún, 0 latas de diablitos, 1 botella de agua.

Día 6 Bitácora del capitán:

Logré contactarme con una mujer por radio, pero no hablaba español, creo que hablaba en portugués ¡Sabía que estaba cerca de Brasil! No pude entenderle y no sé si era de la guardia naval, le dije que estaba perdido con poco combustible y oxígeno, tengo miedo de subir a la superficie, he sentido que un animal enorme ha estado rondando cerca del submarino, pero me estoy quedando sin aire. Tengo hambre. Media botella de agua.

Día 7 Bitácora del capitán.

ESTOY BAJO ATAQUE, LA BESTIA HA VUELTO, DÍGANLE A MI FAMILIA QUE LOS A…

Día 4: Imagina que eres incapaz de salir de un cuarto por los próximos 7 días. Cuenta cronológicamente cada día. Máx. 100 palabras por día.

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